Grotesco (2003), Natsuo Kirino

Dos prostitutas muertas; Yuriko, de una belleza irreal, conforme transcurre el tiempo dejo de ser una meretriz de lujo para hacer la calle, Kazue una mujer normal que poco a poco perdió contacto con la realidad y se convirtió en un espantajo, encontrando una oscura satisfacción en alternar su trabajo como ejecutiva de una importante empresa con las mas degradantes actividades como mujer de la calle. Ambas acudieron en su día a una de las mas importantes escuelas de japón, Yuriko, destacando por su belleza fue aceptada de inmediato, Kazue, gracias a su inteligencia y tesón logro el mismo objetivo por la vía difícil; ambas se vinculan con la hermana mayor de Yuriko, que destaca por su intelecto, no por su belleza, y que se encarga de narrar la historia; develando poco a poco lo retorcido de su corazón, y de como posee de una mente negra y manipuladora, un elemento mas une a Yuriko y Kazue; Zhang un inmigrante ilegal chino que reconoce el homicidio de Yuriko, pero que niega el de Kazue.

A vuelo de teclado (mas oscuro de lo que pensáis)

Se trata de una novela larga y compleja, a modo de narrador la hermana de Yuriko se encarga de ir atando los cabos que al final desembocan en la muerte de esta, intercalando extractos de diarios personales, con declaraciones ministeriales y observaciones personales. La autora se permite mostrarnos de todo un poco, desde su peculiar infancia en la que nunca pudo competir con su hermana, la cruel lucha de popularidad dentro de las aulas del instituto Q, las dificultades de Zhang y su relación peculiar con su hermana, la lucha dentro de la China comunista por abandonar la miseria del campo, y casi de refilón la masacre de la plaza de Tiananmen, cada uno de los personajes involucrados tiene tiempo para contar su historia, cada una dará su versión, y en algún momento esta entrara en contradicción con la de algún otro personaje; nadie es bueno ni malo en esta narración, cada personaje esta dibujado con una infinita cantidad de grises, es por ello que al final tan solo el lector decidirá a que personaje brindar sus simpatías, si es alguno las merece; ya que una oscuridad casi total rodea por completo a la mayoría de los personajes, y solo  por breves momentos se atisban toques de luz, compasión y humanidad que resbalan por la piel de los protagonistas sin tocarlos siquiera, sin embargo, algo dentro de tanta sordidez logra atrapar al lector, y las paginas se devoran con cierto morboso deleite dejando de lado al autor de los homicidios. Absoutamente imprescindible.