Scott Pilgrim, tiene veintitrés años, toca el bajo en una banda, es desempleado, no fuma y no bebe alcohol, presenta una asombrosa cantidad de lagunas mentales, vive con su mejor amigo gay, que se encarga de la mayoría de los gastos, y esta saliendo con una adorable jovencita asiática de diecisiete años... en pocas palabras se encuentra absolutamente satisfecho con su vida... hasta que se enamora... de nuevo.
Amor se llama el juego.
Ramona Flowers, literalmente la chica de los sueños de Scott, irrumpe en su vida creando una extraña distorsión en las circunvoluciones y cisuras de su corteza cerebral... literalmente cambia el modo en que este percibe el mundo, y de pronto, enamorado como esta, Scott se deja transportar por autopistas subespaciales solo para seguir a Ramona, sin embargo el aun tiene novia...
Knives Chau, adorable e ingenua como una colegiala (mierda, es una colegiala), se ha enamorado perdidamente de Scott, este, (cabrón como todo veinteañero), a olvidado mencionar que corteja activamente a Ramona (que es la definición de lo cool), aunque Knives (pendejamente) en su adoración piense que Ramona (Puta maldita) hace todo lo posible para arrebatarle a Scott, que, para Knives, simboliza todo lo bueno, bello y puro del universo conocido... mientras Scott debe de combatir con los siete ex novios malvados de Ramona si es que quiere continuar saliendo con ella...
A Vuelo de teclado.
Gabriel García Márquez es muy hábil colocando al lector en situaciones cada vez mas peculiares sin que este apenas lo perciba, de pronto el lector se encuentra rodeado por mariposas amarillas, mientras Mercedes, la Bella, se eleva por los aires, rodeada por un nimbo refulgente, y el lector mas endurecido, menos habituado a lo fantástico y un poco mas generalista se deja llevar con media sonrisa boba en el rostro sin protestar. Haruki Murakami, hace lo mismo, con un poquito mas de crueldad, (para mi gusto), pero con resultados igual de admirables. Brian Lee O' Malley posee el mismo super poder, y, como, con un gran poder viene una gran responsabilidad, el hace uso de este con una maestría pocas veces leída. En el universo de Scott Pilgrim, los combates son al mas puro estilo anime japones, mezclados con juegos de pelea en 2D, los enemigos finales se convierten en monedas, las acciones meritorias otorgan puntos de experiencia, como en un RPG clásico, y muchas, muchas cosas mas, una interminable muestra de detalles que harán la delicia de los mas ñoños de entre los ñoños, sin embargo este no es el mayor merito del autor, el mayor merito es que los personajes cambian, los personajes maduran, y poco poco, mientras se desarrolla la historia, descubren cosas nuevas acerca de si mismos, toman decisiones y aprenden a vivir con las consecuencias, todo ello dentro de un mundo donde el realismo mágico esta presente en todo momento.
Creo que es en 3001: Odisea final, en donde A. C. Clarke, menciona que resulta imposible disfrutar de todo el contenido cultural de calidad que el genero humano ha generado. Es triste pero tiene razón. La mayoría no esta a nuestro alcance o no lo conocemos y debemos contentarnos con lo mas mainstream, con lo que esta a la mano y no deja de ser una pena... falto muy poco para que dejara de lado este cómic, y ahora, si de mi dependiera, Scott Pilgrim seria lectura obligatoria durante la educación primaria, así de fácil. Imprescindible.
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