Preguntále al polvo (1939) John Fante

Arturo Bandini es escritor y se precia de serlo. Le han publicado un cuento en una revista literaria, un cuento conmovedor, humano, memorable y con una técnica pulida y precisa. Bandini solo espera que el puñado de gilipollas que le rodea reconozca su talento, le aclame, y el dinero, las mujeres y el sexo lleguen. Pero no llegan, sumido en la miseria sobrevive a duras penas en un pensión miserable, a punto de morir de hambre depende de la caridad de su madre, y de un frutero chino para sobrevivir. Por si fuera poco esta bloqueado, por más que se esfuerza las letras se niegan a fluir, desesperado le escribe a su editor, y, en el peor momento conoce a Camila López, una camarera mexicana, voluptuosa y procaz, que esta enamorada de otro, y que altiva no cesa de escupirle su desden...

Fante me recuerda a Vasconcelos y Bukowski. Los dos estaban convencidos de su superioridad, y ambos amaban la literatura. Y coincidan al pensar cosas como: "Nadie mas en el mundo esta leyendo lo que yo leo. Soy el único que se alimenta con estos libros". Me pregunto que pensaría Vasconcelos de Fante. ¿Sería como ver una versión de si mismo surgir de una realidad paralela? Aunque Bukowski, a través de su alter ego, nos deja claro la sensación de epifanía que le embargo al conocer el autor. Bukowski, el autor, reconoce la deuda que tiene con Fante, y es muy categórico, antes de Fante no sabía que se podía escribir así.

¿Hablamos de Auster, no? (ver http://xurl.es/319u0) Bueno, Auster es un autor consumado, se nota la precisión con que moldea sus obras. Pero no se siente honesto. Cuando describe a sus personajes levantando un muro no parece que el sepa como es levantar un muro, el picor del cemento seco en las palmas de las manos, el peso de los tabiques, la sensación de la pala al preparar la mezcla... todo ello se pierde, ni siquiera parece haber contemplado el como se levanta un muro. La camaradería de los hombres mientras trabajan hombro con hombro en la misma obra. Bukowski es lo contrario. Narra la miseria, las putas y los bares, y sabes que estuvo allí. Lo sabes aunque tu no hayas estado, pero, si has estado, Dioses, oh Dioses, entonces Bukowski es el que provoca. La complicada relación entre Camila y Bandini, es tan absolutamente creíble que asusta. La relación de Bandini con Vera pudo pasarle a cualquiera, a un cierto tipo muy particular de cualquiera, y los arrebatos casi místicos de angustia y desesperación en que se hunde Bandini ante los desaires y crueldades de Camila, es algo que se tiene que haber vivido para poder narrarlo sin lucir ridículo, sin caer en la mas pura de las parodias, al tiempo que le permites al lector enterado sonreír con sorna, sonrojarse con discreción o simplemente reír con desparpajo. Bandini, o Fante, como les plazca, exhibe una prosa muy pulida, refinada, con una inusitada autenticidad; la combinación es gloriosa.

Pasa poco, pero pasa.  A veces lees las primeras paginas de un libro y te das cuenta de que el autor te va a obsesionar el resto de tu vida: bueno, Fante es uno  de esos autores.

PS. Estoy seguro de la parte en que Bandini, enfurecido, reta al Creador a bajar de las alturas para pelear a puño limpio inspiro la pelea imaginaria entre Chinaski y Hemingway.

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