1984 (1949), George Orwell

Distopia futurista.
En un futuro cercano legiones de oficinistas ganan su pingue salario reescribiendo el pasado, y con ello alterando el presente, mientras que las tres grandes potencias en las que se ha consolidado el mundo, luchan interminablemente entre si, sin que ninguna de ellas tenga esperanzas (o deseos reales) de triunfar sobre las otras, al mismo tiempo el gran hermano te vigila, aplicando técnicas de control y autocontrol mental en una población disciplinada y condicionada para seguirlas... los medios de comunicación controlados por el gran hermano alientan esta situación, la lectura se ha proscrito, desalentando su habito, y, al igual que muchas otras actividades, provocando una oscura repulsión hacia su practica. Bienvenidos a 1984.

¿Un poquito de amor?


El protagonista, un burócrata cualquiera, avejentado y con venas varicosas que tortuosamente recorren sus piernas, dedica sus horas en el trabajo a reescribir la historia, buscando borrar cualquier vestigio que compruebe que las cosas no siempre han sido como el Gran Hermano quiere que la gente crea, así que debe buscar y rebuscar entre viejos documentos, alterándolos sutilmente o eliminándolos por completo de tal forma que su contenido se habitué a las realidad que el Gran Hermano desea que se forme. Descontento con su empleo, cansado de los minutos de odio, harto de su cuerpo, y de la vigilancia constante a la que todos sienten que están sujetos, decide permitirse un pequeño acto de rebeldía; esa insignificancia, ese pequeño desliz lo llevara a realizar uno mas, y proseguir con insensata perseverancia, hasta enamorarse.

 
A vuelo de teclado.


Después de releer a Bradbury en Farenheit 911, me invadió una sensación de pesar por que, lo queramos ver o no, cada vez mas vivimos dentro de esta realidad pseudo apocalíptica que describe. Al releer 1984, caigo en cuenta que no solo hemos caído casi por completo en algunas de las situaciones que describe Orwell, como la manipulación descarada a través de los medios, o la estupidificación (valga la...) masiva a la que con alegría nos sometemos bajo la Batuta de la televisora de turno, pero no es solo eso lo que me llena de terror, lo que realmente me estremece es la forma en que algunos de los mas grandes cretinos de la historia (v. Fox, vg) se han auto inculcado con descaro el doplepensar descrito en 1984.

El doblepensar es una disciplina que le evita al que la usa darse cuenta de las terribles contradicciones en las que cae, de la falta de coherencia entre lo dicho y lo hecho, o simplemente pasar por alto, sin menoscabo moral, las mayores atrocidades cometidas por el mismo sin que este lo advierta, sin que quien la usa deje de perseguir un objetivo predefinido, al menos por un tiempo, ya que este también es intercambiable de acuerdo con el momento político. Escalofriante, ¿No?, después de todo el doblepensar puede justificar cualquier acción, sin importar cuantas veces saltes a una piscina llena de mierda, el doplepensar te permite salir a la superficie inmaculado y sonriente.
Según Orwell:
"Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas, emplear la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se recurre a ella, creer que la democracia es imposible y que el Partido es el guardián de la democracia; olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante, recurrir a ello, volverlo a traer a la memoria y luego olvidarlo de nuevo; y sobre todo aplicar el mismo proceso al procedimiento mismo. Esta es la más refinada sutileza del sistema: inducir conscientemente a la inconsciencia, y luego hacerse inconsciente para no reconocer que se había generado un acto de autosugestión. Incluso comprender que la palabra doblepensar, implica el uso de la doblepensar."

Las razones de mi desasosiego:

1. Estoy convencido de que la política  estupidificante descrita por Orwell, se aplica en este país. Y, no, no hablo de una aplicación sistemática y organizada, hablo de que se ha llegado a ella de una forma mas bien empírica, pero una vez que se han observado sus consecuencias y/o bondades se ha fomentado con energía.
2. la mayoría de los políticos de este país han dominado, inconscientemente, el doblepensar orwelliano, de facto, si, y sin intención, también, pero lo hacen y ponen toda su limitada inteligencia para doblepensar mejor. Lejos están los días en que algún senador traducía clásicos griegos, lejos, lejos están, y los cretinos que nos gobiernan se pueden regodear en su falta de escrúpulos, solo necesitan doblepensar un poco si es que es les incomoda lo hijos de puta que se han vuelto.
3. Suficiente por ahora.


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