1Q84 (Libros 1 y 2, 2009), Haruki Murakami.

Aomame, es una asesina semiprofesional; complementa sus actividades como instructora de gimnasio con los homicidios de ciertos hombres que han demostrado ser muy hijos de puta. Lo hace por gusto, aunque también obtiene ganancias a traves de ello, simplemente no toca ese dinero.

Tengo, es un profesor de instituto pre-universitario, enseña matemáticas y a pesar de la agilidad de su mente nunca ha destacado como investigador, el prefiere dedicarse a la escritura, y aunque nunca ha publicado trabaja con tenacidad para pulir su técnica, y su editor esta seguro de que solo es cuestión de tiempo para que una gran obra salga de su pluma.

Fukaeri, es una adolescente bellísima, habla poco y sin entonación alguna, fue criada en una comuna con tintes de secta y su historia «La Crisálida de Aire» se convierte en un  Best-Seller inmediato tras ganar un premio literario de relativo prestigio, además de que por su aspecto y su edad, de inmediato logra atraer a la prensa, y cosechar innumerables elogios incluso de críticos conocidos por la mordacidad de sus columnas.

1984, 1Q84.

La realidad se tuerce un poco, y, sin demasiados avisos, aunque paulatinamente, los personajes de la novela se encuentran en un  nuevo mundo, un mundo no demasiado diferente al que abandonaron, y, a pesar de que algunos cambios no son sutiles (la presencia de dos lunas en el horizonte, por ejemplo), algunos otros si que sugieren que en este nuevo mundo los cambios involucran niveles mas profundos, sin embargo, este nuevo mundo se genera como una ramificación del mundo previo, del mundo central, sin que el lector perciba (al menos en mi caso) la existencia simultanea del mundo principal (1984) con la del universo alterno (1Q84), es mas sencillo imaginar como transcurre el tiempo en esta novela si imaginas un río que se sale de su cauce (1984), durante unos cientos de metros, para reencontrarse con el mismo un poco mas adelante, esos cientos de metros fuera del cauce principal son 1Q84.

Pero, para el lector acostumbrado a la ciencia ficción mas dura este universo alterno aporta mas bien poco al genero, no aporta esa sensación de maravilla, ni nos deja probar una vez mas ese dejo de asombro que lo mejor de la ciencia ficción siempre nos entrega, es mas hasta podría apuntar que parece un poco soso y falto de interés, que 1Q84 parece pintado solo en tonos grises, pero estoy consciente de que no es una obra de ciencia ficción y que si se quiere la inclusión de un universo entero, de esta realidad alterna, es solo un pretexto para que se desarrolle la historia..., aunque esto no evita que me produzca cierta incomodidad, sobretodo cuando "En el fin del mundo y..." Murakami nos paseo por mundos cuasi-Cyberpunk con una soltura y una agilidad pocas veces leída.






A vuelo de Teclado.

La novela es entretenida. Solo eso. Recomendable, si. pero nunca llega a los niveles magistrales de inmersión de Tokio Blues, o Crónica del Pájaro..., por no mencionar Kafka en..., y es que todas estas novelas previas te dejaban echar un buen vistazo a las almas de los protagonistas que se acompañaban de alucinantes personajes secundarios, las historias, con una buena cantidad de elementos fantásticos cumplían, sin dejar demasiados cabos sueltos ni esa sensación de extraño vacío que nos queda tras terminar de leer la mas reciente publicación de este autor.

Demasiados Misterios.

Si te dejas llevar por el ritmo de la narración no echaras demasiado en falta que se resuelvan ciertas incógnitas, te dejaras envolver en los amoríos de Aomame, o en las aventuras adulteras de Tengo, pero mientras avanzas y las paginas que restan por leer se vuelven cada vez menos, una cierta inquietud se apoderara de ti, y es que no es la primera vez que en una historia se presentan mas  o menos misterios relativamente interesantes, cuya resolución se va aplazando aportando vagos indicios en los momentos oportunos para mantener el interés, hasta que como un globo que se ha inflado demasiado el dichoso misterio revienta para dejar un montón de nada frente al estupefacto lector.  Y, por alguna razón estoy casi seguro, que tras leer el tercer libro de esta historia es eso con lo que me quedare delante; un gran montón de nada, solo me queda esperar que el tiempo demuestre que me encuentro en un error.

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