Coplas Mundanas, A. Machado.

Harto, de estar harto de ser quien soy, y sin poder abandonar la maldita costumbre de serlo; de ir por la vida pintando las cosas de negro y de blasfemar sin tapujos si es que he estado un poco triste... si es que he estado pensando demasiado, decidí conversar con algún viejo amigo, él, docto en Shakespeare y de memoria infalible citó:


Coplas mundanas

Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.

Sin placer y sin fortuna,
pasó como una quimera
mi juventud, la primera…
la sola, no hay más que una:
la de dentro es la de fuera.

Pasó como un torbellino,
bohemia y aborrascada,
harta de coplas y vino,
mi juventud bien amada.

Y hoy miro a las galerías
del recuerdo, para hacer
aleluyas de elegías
desconsoladas de ayer.

¡Adiós, lágrimas cantoras,
lágrimas que alegremente
brotabais, como en la fuente
las limpias aguas sonoras!

¡Buenas lágrimas vertidas
por un amor juvenil,
cual frescas lluvias caídas
sobre los campos de abril!

No canta ya el ruiseñor
de cierta noche serena;
sanamos del mal de amor
que sabe llorar sin pena.

Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado. 


Concluyó, el muy hijo de puta tuvo la suerte de combatir mi spleen con este poema, y otras armas negras que no mencionare, cabroncete afortunado.

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