Me abruma una avalancha de emociones. Ella tiene razón, pero es que yo necesito... a alguien. ¿Por qué sera que las chicas están más hermosas y más deseables que nunca justo en el momento en que te mandan a tomar por culo? Siento que se me humedecen los ojos. -Tienes razón -, le digo, colocando mi mano sobre la suya y apretándola ligeramente. - Eres una tía estupenda y una de las mejores personas que jamas he conocido -, le digo con absoluta sinceridad, - es solo que esto llegó en el momento equivocado para ambos...
Secretos de alcoba de los grandes chefs, Irvine Welsh
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