Que fácil es protestar por la bomba que cayó
a mil kilómetros del ropero y del refrigerador.
Que fácil es escribir algo que invite a la acción
contra tiranos, contra asesinos,
contra la cruz o el poder divino,
siempre al alcance de la vidriera y el comedor.
a mil kilómetros del ropero y del refrigerador.
Que fácil es escribir algo que invite a la acción
contra tiranos, contra asesinos,
contra la cruz o el poder divino,
siempre al alcance de la vidriera y el comedor.
Canción en harapos, Silvio Rodríguez
* Las negritas son mías. Es una mañana fría, tomo café caliente, me encuentro en mi habitación, con un par de computadoras a la vista, de fondo escucho Californication (la serie, no el disco), me encuentro rodeado por mis libros, mis juegos, mis putas comodidades... y afuera están pasando cosas. No, no estoy en pose, me encuentro pensando (de vez en cuando pasa) y mientras más pienso mas desasosegado estoy. ¿Cuántas veces he dicho (cantado)?: Hablar de México siempre me inflama el pecho... y también, refiriéndome a esta nación, que no país (que de Él he) nacido orgulloso, pero no vivo feliz... ¿cuántas putas citas me he robado de aquí y de allá para darle un poco de coherencia a lo que siento, a lo que espero de este lugar? ¿Debo subirme a mi caja de jabón, y despotricar con alegría acerca de nuestro puto México, lindo y jodido? ¿No queda sino batirnos, no queda sino luchar?
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