Eterna (2011); Chuck Hogan, Guillermo del Toro

La tercera parte de la Trilogía de la Oscuridad se encuentra tan estrechamente relacionada con el final de la segunda que me es imposible comentar esta historia sin destripar de forma despiadada la trama. Si no has leído los dos libros anteriores continúa bajo tu propio riesgo.











El profesor Setrakian ha muerto, y el amo, el más joven de todos los vampiros originales, ha extendido su dominio por todo el globo, destrozando por completo a la humanidad y únicamente las islas británicas parecen permanecer de pie mientras el resto del mundo se encuentra sometido a su yugo; los campos de extracción de sangre y de crianza de humanos son cosa de todos los días, tras exterminar a todo aquel que pudiera fungir como líder al Amo ha logrado que cierto tipo de humanos colabore con él, traicionando a su raza. Mientras tanto el polvo que aún flota en la atmósfera ha sumido a la tierra en un largo crepúsculo, con escasas horas de sol al día; en este escenario los hijos del Amo ejercen por completo el control.



Eph, el epidemiólogo, está obsesionado con recuperar a Zach, dejando de lado su papel de líder y sumiéndose en una especie de estupor que el recurrente uso de drogas no le ayuda a abandonar, mientras que Gus, el arquetípico cholo mexicano, Nora, y Fet continúan con la lucha, pequeñas incursiones aquí y allá, contrabandeando aquí y allá, pero sin lograr menguar realmente la fuerza del Amo... hasta que la presencia de un nuevo aliado y la obtención de información fidedigna con respecto al lugar de "nacimiento" del Amo parecen poder cambiar por completo la situación.

A vuelo de teclado.

Esperaba impaciente la llegada del volumen final de la Trilogía de la Oscuridad, muy a mi pesar ya que la experiencia me ha enseñado que no debo de comenzar a leer sagas inconclusas, pero la tentación fue demasiado fuerte y no me pude resistir, y es por ello que considero una pena que la editora fuese incapaz de distribuir con mayor prontitud los ejemplares de esta saga. Me explico; ya estaba a la venta en España cuando en México solo se podía obtener legalmente en la página de Grammata, con un  precio relativamente razonable (128 pesos por la edición digital contra 200 y pico por el libro impreso), pero con la desventaja del DRM, yo que no uso Windows ni Mac me considere vejado, pero aún así decidí marcar al número de atención a clientes de Grammata con la esperanza de encontrar alguna alternativa... Lamentablemente ésto ocurrió en diciembre... los tíos de grammata estaban de fiesta, comían tortilla de patata, tomaban tinto barato (en tetrapack), daban rienda suelta a su libido, y se negaban a atender el teléfono. Decepcionado acudí a la Bibliotheka, descargué el archivo en formato .doc, lo convertir a formato .epub usando LibreOffice, y copié el archivo resultante a mi Nook. Tardé menos de diez minutos y comencé a leer Eterna antes que mucha gente en México. Como soy un tipo agradecido doné el importe del libro a la Document Foundation. La moraleja es que el DRM impide que algunas personas, que suelen comprar bienes digitales, lo sigan haciendo. Bad DRM, bad DRM!

Ah, por cierto, la novela es imprescindible, y el final es extremadamente adecuado.


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