Mujeres (1978) Charles Bukowski

Henry Chinaski se ha convertido en una celebridad menor. Cierto tipo de sujetos pagan para que los insulte y para  insultarle mientras borbota sus poemas sobre la tarima de algún bar, casi siempre completamente ebrio.

Hastiado de las mujeres se masturba con regularidad, pues su deseo sexual no disminuye, pero es incapaz de cojer... y pronto todo cambia: es asediado por todo tipo de mujeres, de buena y mala vida, de coños afeitados y de coños peludos, con tobillos delgados y gruesos, con buenas piernas y tetas fantásticas, o con la mente podrida y el alma carcomida por la caries de sus afilados colmillos... todas ellas encuentran una perversa satisfacción al relacionarse con Chinasky, algunas simplemente le usan, y unas pocas le aman o podrían llegar a amarlo.



Pero a Chinaski lo que le gusta es escuchar a Brahms, beber en exceso, y revolcarse en la mierda. No oculta su defectos, mas bien se regodea en ellos, no hace apología de su disfunción eréctil, tan solo la exhibe y luego se cae de borracho. Puede parecer desagradable, pero para este momento ya debes de haberle cogido cariño. Es difícil no vislumbrar ciertas actitudes propias que el magnifica, vuelve ridículas, o esgrime en tu contra. Puede ser divertido, pero también puede doler. Puede ser desagradable pero tras zambullirse en montones de mierda no es raro que emerja con una preciosa y pequeña verdad reluciendo entre sus dientes rotos. Y se nota que le ha costado. ¿Que más puedo decir, si desde el primer momento me he quedado prendado de la prosa bruta de Bukowski, su falta de apego a los convencionalismos, y la ligereza de su lengua procaz? Recomendable.


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