Pensamientos aleatorios (1)

Algo debe de estar mal dentro de mi. Me descubro echando en falta los viejos buenos tiempos, cuando era un irresponsable, cuando caminaba a deshoras por las vías del tren con una cerveza en el bolsillo y un cigarrillo en la boca. Cuando me subió una patrulla y me llevo al juzgado cívico donde me golpeo un policía viejo que pegaba como niña, cuando se lo dije eres viejo y pegas como niña, y cuando me golpeo de nuevo. Extraño esas cosas, el olor del tabaco, el humo de la mariguana, la cerveza fría como si fuera inagotable; extraño observar el mundo a través de una gota de agua que caía a través del infinito mientras se ponía el sol. Echo de menos gritar en la parte mas alta de un acueducto, ebrio perdido, sin que nada me importe, extraño acostarme sobre el frío asfalto, con los autos circulando a mi lado, acostarme en medio del bosque dentro de una zanja para fumar yerba: echo de menos eso y mas: meterme dentro de las fauces de la noche y salir ileso. Beber, beber, beber. Besar a una desconocida en un bar, solo porque sus amigas dicen: Bueno, ¡que!, ¿se van a besar? Pedirle su numero y nunca hablarle. Los viajes en el metro. Las mujeres de miradas lascivas que perdían el interés al descubrir que no llevabas ni reloj, ni anillos ni cartera, las miradas aviesas del resto de los transeúntes, el mezcal en la facultad, mezclado y disimulado con refresco de toronja dentro de la bolsa de la bata, los porros, las risas, los bares. Presentar un examen con dos copas de más, entrar un poco drogado a clase y descubrir como un idiota que tenias la lengua pegada al paladar, y eras incapaz de escribir. Los ataques de risa. La luz de la luna. abrazar un árbol y reír como poseído. Platicas con tus zapatos. Meter las manos al fuego por un poco de yerba. Eran, pues, los viejos buenos tiempos, y los echo en falta.

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