
La familia del maestro no tiene ningún interés particular en que el gato medre o en su desarrollo intelectual, pero eso no es obstáculo, el gato, ve, escucha, y critica, con aire de entendido, desde su humilde criterio felino, todas las conductas absurdas de su amo, su familia y sus amigos.
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La prosa de Söseki es casi etérea, mientras leen dan ganas de capturarla en un bullet time, colocarla en un pedestal para después poder observarla desde todos sus ángulos. No hablare de ritmo, adjetivación u otras monsergas, simplemente hay que leerlo para poder comprender la gracia e ingenio que destilan cada una de sus frases, provoca la impresión de ser una exhalación y el deseo de capturar cada instante en el tiempo para poder observarlo después, un bullet time, no encuentro mejor forma de decirlo. La historia se desarrolla con mesura, y se nota que se trata de una novela por entregas, cada capitulo desarrolla un tema dado, critica con ironía al ser humano, sus filias, fobias, sus sueños, esperanzas, su necesidad de ser aceptado, un insaciable ser de ser reconocido, su fatuidad, y al final huera vanidad. Ja.* Imprescindible.
* Llevo meses buscando un pretexto para usar esa palabra "huera", como mola.
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