México: Necrovirus
Freak
Zombie Action.
Gerardo
Delgado Flores
DÍA
UNO.
G
Pase
la noche durmiendo con la mejilla apoyada sobre el teclado. Las
letras WASD en relieve se calcaron difusas sobre la piel de mi
mejilla, lance un sonido mitad gemido y mitad aullido mientras me
levantaba, camine a la cocina y me prepare un café, negro, cargado y
con asientos de azúcar en el fondo, tal y como lo tomaba Lovecraft,
eche un vistazo al código que recién había escrito y bufe con
desagrado. Trabajaba para una maligna empresa de
telecomunicaciones... le daba mantenimiento a un “controlador”
para el router
proporcionado por la empresa, mi labor real era mantener operativo un
backdoor,
que permitiera rastrear la actividad en internet del usuario,
estadísticas, geo-localización y esas cosas. Como siempre, prefería
mirar para otro lado y no interesarme por el big
data
recolectado. Era una puta y me asumía como tal, no pensaba sentir
culpa por el mal uso que le dieran a mis talentos. Ese fue el primer
día, y si supiera en ese entonces o que sé ahora, nada habría
cambiado, habría replicado todas y cada una de mis decisiones.
Vivía
en un edificio de diez plantas, en el quinto piso, con una vista
estupenda sobre el parque y el deportivo de la colonia.
Me
prepare el desayuno mientras bebía
el
café, y escuche las noticias a través de la red, una transmisión
en directo a través mixlr,
el locutor, un friki flacucho, de pómulos altos, cara chupada y con
dedos alargados que siempre era candidato a ser confundido por un
thin
man
de la mitología alíen, y que ademas era mi amigo, decía:
“...sucedió, sucedió por fin, el armagedon zombi ha iniciado,
aquellos que leímos el día de los trífidos sabemos que hacer. No
desesperen, son lentos, son tontos y seguro que los exterminamos en
un par de días. No olviden fracturar el cráneo.” Al momento de la
transmisión lo escuchaban unos diez mil oyentes, y sonreí al
imaginar cuantos de ellos serian tan tetos como para caer en una
histeria orwelliana y parapetarse en sus departamentos, respaldar sus
PC’s, acumular alimento, reunir armas, hacer otra copia de
seguridad de sus cuentas de steam (doble, o triple backup,
por si acaso) y todo eso antes de darse cuenta de que era una broma.
Ni siquiera se me ocurrió prender la TV. Nunca veo televisión.
****INTERVALO****
Periscope.
Transmisión
en vivo: 60 usuarios. Retransmisión: Incontables usuarios.
25/XX/XX
22:30 hora del centro de México.
Grabado
con la cámara trasera de un celular, resolución 4K. El interior de
un centro comercial en japón, el usuario de periscope se enfoca, y
su rostro abotagado y barbudo habla para la cámara en español y con
acento de Nuevo León: “Aquí en la prefectura de Nakata es difícil
encontrar carne de verdad, carne como la carne de México, la carne
de acá, de Japón es muy delgada, no encuentras un kilo de
arrachera, pero en los restaurantes brasileños encontramos un
sucedáneo para saciar nuestro apetito feroz...” Gira la cámara,
enfoca el cristal de un refrigerador de centro comercial, la cámara
gira de nuevo, tiembla en la mano del presentador, y graba a lo lejos
la caja de un centro comercial: se observan dos siluetas, una de
ellas sujeta a la otra, jalando su cabello hacia atrás con una mano,
mientras la otra mano le sujeta por la camiseta, y muerde el cuello,
arranca, con esfuerzo un jirón
de piel, mientras que la victima se retuerce, golpea con los puños,
y parece a punto de tener una oportunidad en la lucha, pero las
fauces del atacante se abren de forma desmesurada, rodean casi por
completo el cuello, y esta vez desgarran piel,
y
musculo, la sangre brota a través de la cara lateral del cuello,
borbotea, inunda la vía área, y en menos de un minuto el cuerpo
yace fláccido en manos de su atacante, quien no ha dejado de morder,
desgarrando la delicada piel del cuello, mientras que el cuerpo yace
sobre las baldosas blancas. El rojo de la sangre resalta con nitidez
jobsiana.
G
Y
mientras en japón un japones se merendaba a otro japones, y se
iniciaba la infección/infestación zombi en el continente asiático,
yo estaba sentado frente al monitor, comiendo un sándwich
monumental, con una taza enorme de café, un poco de cereal y fruta.
Una bolsa de doritos nachos abierta en canal, yacía frente a mi con
salsa valentina recubriendo morbosamente las frituras de queso, al
mismo tiempo, veía en streaming
una serie de animación (japonesa) de unas adolescentes destinadas a
salvar el mundo de la aniquilación, pero que primero debían de
superar sus diferencias. Las adolescentes, todas ellas, tenían
ingrávidas tetas de dimensiones considerables, y cada una
representaba un estereotipo: la inteligente, la tímida, la zorra sin
corazón,
etcétera. Después de ello jugué un par de horas a la consola, y
luego subí a la cinta de correr, trote durante media hora, hice cien
o doscientas lagartijas y me entraron ganas de masturbarme.
Cuando
tenia diez o doce años vi como sujetaban a un puerco, lo ataban de
las patas, lo tiraban al piso y lo degollaban, mientras que el puerco
lanzaba chillidos aterrorizados, largos, y agudos, como si fuera un
niño pequeño luchando por su vida. Al final la lucha ceso cuando la
hoja brillante de un cuchillo muy bien afilado separo la piel y
músculos de su garganta, secciono las venas y arterias y un mar de
sangre, roja y brillante inundo su traquea con un glug
glug,
recuerdo claramente las burbujas de sangre que se formaron en el
cuello seccionado mientras aun respiraba. Esa era una de las imágenes
mas vividas de mi infancia. Lo observe desde la azotea de mi casa. La
próxima vez que presenciaría una muerte en vivo después de este
día seria frente a la cama de un hospital, casi diez años después.
Cada cierto tiempo recuerdo todos mis muertos, aun ahora, al recordar
esa imagen pienso que debí de ayudar al pobre chancho, aun así sigo
comiendo carne, pero se me quitaron las ganas de masturbarme.
Me
di una ducha, me vestí y saque los binoculares de su sitio habitual,
el cajón derecho de mi estación de trabajo, y observe, como todas
las mañanas el parque bajo mis pies. Disfrutaba
observar a la gente como si fueran alimañas diminutas y fantasear
acerca de sus vidas y sus ocupaciones, y claro, también miraba a las
runners
de
traseros firmes y mirada altiva, mientras corrían pensando en ritmo,
zancadas, distancia y esas cosas. Fue cuando la vi. Era alta y
delgada, con muslos fuertes, la mirada fija en el horizonte, el
cabello lacio y castaño sujeto por la nuca, vestía ropa ajustada y
se movía con seguridad. Un hombre, que caminaba trastabillando se
arrojo con las manos extendidas hacia adelante, buscando su cuello.
Parecía la escena de una clásica película de serie B de la Hammer,
o, mejor aun, una de esas inclasificables películas protagonizadas
por el Santo. Contuve el aliento por medio segundo, pero ella lo
esquivo sin problemas, siguió corriendo y giro con gracia para
enseñarle el dedo de en medio de su mano derecha sin dejar de
correr.
La chica de la cola de caballo esquivo el peligro sin ningún
problema. Sorbí
un poco de café y cuando volví a enfocar la escena el tipo que
caminaba a trompicones se había arrojado sobre la anciana que vendía
dulces en el parque, la inmovilizaba rodeándola a la altura del
pecho, mientras le desgarraba el cuello, clavando con fuerza los
dientes para luego echar el cuello hacia atrás, en un solo
movimiento que dibujaba un fino reguero de sangre en el aire, como un
arcoíris compuesto por distintos tonos de rojo antes de estrellarse
en el piso, con jirones de carne colgando de su mandíbula. No supe
que pensar.
****INTERVALO****
Mensaje
de texto (Whatsapp)
G
Hijo
de la gran puta.
No
me jodas, grandísimo cabrón. Escuche en directo el podcast en
mixlr. Y ahora resulta que veo como un pendejo le arranca el cuello a
una puta viejita en la puta calle. No me chingues. Pfff. La opción
uno es que sea una representación tipo SITGES, pero no, no creo.
H
Transcripción
archivo de audio.
Pendejo.
Solo a ti se te ocurre escribir un puto mensaje de texto mientras el
mundo se va a la mierda. Prende la puta televisión por una puta vez
en tu jodida vida.
G
Y
así fue como el mundo se fue a la mierda. Alguien mordía a otro
alguien lo suficientemente hondo como para hacerlo sangrar, el
alguien mordido moría en un par de minutos, a continuación se
reanimaba y mordía a otro alguien, y así ad
nauseam,
cada nuevo infectado infectaba a unos cuantos mas, el nivel de
contaminación era exponencial: dos, cuatro, ocho, etcétera...
Claro.
Que yo ya estaba listo. Bueno, mas o menos listo. La malvada empresa
transnacional a la que me vendía el culo me envió hace un par de
meses a Inglaterra, la cantaleta era la de toda la vida, no queremos
un grupo de trabajo, queremos un equipo
de trabajo, dejen atrás el individualismo y concentren sus
habilidades en las metas del equipo,
vamos a crear sinergia, y todas esas mierdas corporativas. En fin,
nos subieron a un avión y nos llevaron a Nottinghamshire,
precisamente al bosque donde un famoso bandido copulaba con los
frailes, y a mi, y a mi “equipo” nos dieron un arma láser (una
replica 1:1 de una beretta 9 mm, lo que de inmediato me recordó a
resident evil), un par de linternas, un mapa rudimentario, una
brújula, y luego nos arrojaron a la noche, acompañados de un guía,
que nos llevo por distintos senderos
donde fuimos aterrorizados por actorzuelos experimentales, que
gemían, babeaban y se tocaban mientras caminaban lentamente hacia
nosotros. Por supuesto, la idea era asegurar la supervivencia del
grupo, mediante la cooperación, la administración de recursos, y
delegación de responsabilidades. A mi me pareció que seria mas
divertido coger el arma y salir corriendo, pero simplemente no me
atreví, la segunda opción el típico multihomicidio / suicidio
hubiera sido muy divertida, pero demasiado reveladora. Era mas fácil
fingir, asumir el papel de líder y guiar a mi grupo con éxito a
través de unos cinco kilómetros en la maleza para por fin llegar a
la cabaña/refugio que era nuestra meta preestablecida, bueno, eso
hubiera sido lo mas fácil, el Viejo G Cansado
Freeman
guiando al pequeño grupo de escupidores de código a través de la
oscuridad de la noche plutónica, pero no era lo mas divertido. De
alguna manera los pude convencer de que me dieran el arma, y una de
las linternas, fieles a la recreación solo contábamos con quince
tiros en el cargador y uno mas en la recamara, las reglas eran
claras, los tiros en la cabeza eran siempre críticos, el resto
dependía de la ubicación y era un programa informático el que
decidía que tan mortal resultaba cada disparo (cuando me lo dijeron
imagine una hoja de datos, cargada de formulas y porcentajes), es
decir que podíamos vaciar un cargador entero en un solo zombi sin
provocar su muerte, pero no podíamos improvisar y decapitar al actor
con un corta uñas, o algo así, la única arma permitida era la
beretta de nueve milímetros de Chris Redfield, bueno, pues como yo
era mejor de los cuatro jugando a FPS, y el jugador mas hábil de
MGS, todo ello, a ojos de mis compañeros informáticos, me
calificaba para ser el líder de nuestra pequeña escaramuza zombi.
También
era el único con un índice de masa corporal por debajo de treinta,
supongo que eso también ayudo. No
consideraron que era el mas hijodeputa y con peor sentido del humor.
Con
rapidez delegue responsabilidades, yo, que era el líder,
caminaba
detrás del guiá, cree un subequipo que llevaría el mapa y la otra
linterna, los coloque en el centro y a los dos restantes, le di el
titulo de vigiás y los deje en la retaguardia, mientras avanzamos en
fila india, pero antes de emprender la marcha les dije lo mismo de
distintas formas: “...
somos
un equipo, y nuestro objetivo común es la supervivencia del equipo,
debemos estar preparados para hacer los sacrificios necesarios...
”,
esto, en realidad quería decir que estaba dispuesto a sacrificarlos
a todos para sobrevivir, después, de todo, yo era el líder, y debía
de ser preservado.
Avanzamos
a trompicones por el camino preestablecido, y pensé, vaya, esto no
es un mundo abierto, tan solo se trata de ir del punto A al punto B,
¿Para que en nombre de los negros cojones de Dios necesitamos un
guiá? El mapa indicaba la ubicación de un exclusa, nuestra meta, y
pensándolo bien, ¿no era
el
trabajo del guiá conducirnos hacia los lugares preestablecidos donde
seriamos atacados y puestos a prueba por los zombis?. Me coloque
detrás del guía, clave la punta del arma en su nuca y jale del
gatillo una sola vez, un sordo click se escucho, mientras él
volteaba y me miraba con cara de no entender que acababa de pasar:
“Estas muerto. No repliques. Las reglas son muy claras” me miro
con aire contrito mientras yo sonreía. Todos me miraban. “Hay que
pensar out
of the box,
necesitamos ideas nuevas y creativas, debemos sobrevivir y este hijo
de puta nos guiá al peligro. Tracemos una nueva ruta, si vamos a
morir virtualmente que sea bajo nuestros propios términos.”
El
resto fue coser y cantar. Mis compañeros de trabajo enardecidos por
mi ejemplo de rebeldía se entregaron por completo a mi liderazgo, y
no dudaron al seguir instrucciones, atamos el guiá, robamos su
radio, y continuamos andando fuera del sendero, a pesar de lo
desmañado de nuestros andares fue sencillo emboscar a los actores /
zombis que se encontraban preparado su maquillaje en una suerte de
camerinos improvisados
y mal camuflados a la vera del camino.
Mate a quince ese día. Al llegar al refugio ya era una leyenda entre
los desmañados escupidores de código.
****INTERVALO****
Guiá
para la vida: divertidas anécdotas de un sobreviviente del mal
llamado apocalipsis zombi. [fragmento]
¿Que
contiene el cerebro de un zombi?
Sesos.
Sesos. Sesos.
La
abundante literatura popular que existe en la materia nos muestra a
un zombi típico, caminando, con los brazos extendidos hacia el
frente, las muñecas laxas, con las manos colgando, camina con
torpeza, la boca entreabierta, las uñas negras, rotas y de aspecto
endurecido, hasta que se encuentra con un obstáculo, opción uno de
desviá, opción dos si es que considera que vale la pena tal vez
intente derribarlo, opción tres, se encuentra dentro de una manada
de zombis, estos, como si fueran mas estúpidos que un lemming
lo empujan, aplastan y comprimen en contra del obstáculo hasta que
este es derribado, o los zombis que se encuentran entre el obstáculo
y la gran masa zombi son aplastados hasta reventar. Lo único que se
obtiene es una buena cantidad de puré de zombi, putrilago asqueroso
de olor nauseabundo que se desparrama por todos lados. ¿Entonces,
que es lo que tiene el cerebro de un zombi? La respuesta es nada, y
la mejor forma de averiguarlo es usa un objeto de peso elevado y
estrellarlo en contra del cráneo de uno de ellos. Yo siempre
prefiero un impacto lateral, por encima de la sien es un lugar
perfecto para destrozarles la cabeza. No es necesario ni una gran
fuerza ni una gran habilidad, tan solo hay que tener en mente en que
sitio debemos de dar el golpe, actuar con seguridad y ser rápidos,
porque a menos que tengas los brazos muy largos este golpe te
acercara demasiado a sus bocas abiertas y de dientes pútridos, sin
embargo, tras el golpe inicial, si lo hiciste bien y fracturaste el
cráneo y laceraste las meninges podrás observar como una materia
liquida, grumosa y un poco espesa, de un color entre marrón y
grisáceo que escapa a través de la fractura que acabas de provocar,
el zombi, de forma inmediata, perderá la fuerza y se derrumbara
frente a ti. Así que si estas solo, puedes acercarte y examinar con
detalle el contenido del cráneo de un zombi: nada. Solo una bolsa
llena de un liquido espeso que se derrama en el piso. Otro
misterio para la ciencia extinta del hombre.
G
Vivía
solo. Tuve una novia que vivió conmigo, luego nos casamos, e
intentamos ser una familia, pero no resulto, así es la vida. Pero
era un tipo auto-suficiente, razonablemente organizado y capaz de
hacerme cargo de la mayoría de las labores del hogar sin demasiados
problemas, todos los martes “La Rafaela” la mujer del aseo acudía
a casa y se hacía cargo de las labores mas pesadas, hoy era
miércoles, así que no estaría cerca de mi casa, y seguro que la
semana siguiente ya todo estaría arreglado y podríamos seguir con
nuestras vidas. O todo se habría ido a la mierda y no me importaría
nada un carajo. Igual ya estaría muerto.
Primero
lo primero. Inventario. Comida para un par de días. Agua embotellada
mas que suficiente (vivir en la ciudad de México te obliga contar
con mas que suficiente agua embotellada) y nada más. Igual y seria
conveniente salir rápido a la calle, acumular víveres antes de que
las cosas se pusieran peor, me asome por la ventana. El panorama
había cambiado. Demasiado. Después de que Lon Chaney mordiera a la
pobre doña de los dulces, esta se había dado un festín con uno de
los transeúntes, no habían pasado cinco minutos desde que el cabrón
de Lon intento morder a la tía buena de muslos neumáticos, y ya
había al menos diez vasallos de Lon recorriendo el parque, al igual
que él andaban con los brazos extendidos, y la mirada perdida,
parecieran otear el ambiente y de vez en cuando cambiaban de
dirección guiados por el olor, el sonido o lo que fuera, a pesar de
ser muertos frescos se movían con rigidez inexplicable.
En
México comprar un arma es cuestión de tiempo y capacidad de
soborno, como casi todo. Tenia un par de años que mi amigo Z, un
hijo de puta diminuto que entrenaba krav maga y se creía Rambo 2.0
proporción 2:1 me ayudo a hacer el tramite para comprar un rifle,
calibre .22, mira telescópica 5x, venta directa de la Secretaria de
la Defensa Nacional. Use el rifle para destruir el sistema de
refrigeración de una tienda punto K que estaba a unos trescientos
metros al norte del parque. Todas las noches los adolescentes ebrios
de la colonia acudían en masa, con sus autos con baterías de diez
mil celdas, y sus amplificadores y kicker's y sepa dios que mas cosas
montadas en la cajuela de sus autos, y comenzaban un pandemonio de
reaggaeton y mas música de mierda. No me dejaba concentrar mientras
trabajaba; después de todo disminuir las distracciones
y
gestionar de forma adecuada e tiempo es clave para la productividad
personal.
*****
Fin del fragmento.
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