Puta Pandemia.

 

Y llego la puta pandemia.

Se supone que aquí hablamos de videojuegos, libros, linux y esas mierdas, se supone que lo hacemos (plural mayestático, con pequeños rasgos de personalidades múltiples) lo hacemos por gusto, porque no hay nada mejor de hacer o por simple hastío.

Y llego la puta pandemia, la PP para no ofender a nadie. Llego la PP, la vimos venir desde lejos, con tiempo mas que suficiente, la vimos de tan lejos que nos valió madres, literal, mas de un amigo dijo "esa madre aquí no llega" y yo asentí con firmeza, convencido como un cretino. Pero llego.

El primero en morir fue un doctor que conozco desde residente. Hombre mayor, con enfermedades crónicas. No, no era un amigo, era alguien al que solía ver, intercambiando saludos y palabras amables, nada mas. Pero fue una sorpresa. Nos enteramos (yo, el mundo, la puta humanidad) a través de un mensaje de audio llevado a nuestros oídos por el guasap, también Zuckerberg y sus inteligencias múltiples (por artificiales, no por otra cosa) lo escucho, y se estremeció. Quizás no. Pero los que lo conocimos sentimos su muerte como si se tratara de una alucinación colectiva. O consensual. Aun ahora me parece irreal, aunque mi vida ha cobrado un tinte de irrealidad desde hace unos años. A veces me asusta un poco, a veces, creo que me estoy despersonalizando, y a veces pienso que solo le hace falta mas puta azúcar a mi puto café, maldita sea. Pero no. No es el café ni es el azúcar.

Cada quién ha enfrentado a la pandemia como ha podido, no estas preparado para eso, tampoco para ser considerado personal esencial, seguir trabajando y mantenerte en riesgo, relativo, pero riesgo, tampoco estas preparado para esos locos ataques de ansiedad que anteceden la llegada al trabajo, mientras te fumas un cigarrilo tras otro, y sientes que la garganta te va a reventar. O quizás un aneurisma. O una disección aórtica. O el puto Coronavirus (que es la mar de lindo, no nos hagamos pendejos)

En fin, el punto es que estoy tan acostumbrado a contemplar la muerte ajena que es raro enfrentarla cuando es mas cercana, bueno, no es lo mismo hacer la necro de algún desafortunado que recibió treinta disparos por proyectil disparado por arma de fuego, que enterarte de que un médico que conoces murió por covid. Saben a que me refiero. Yo sé que lo saben. Habría que escribir un bello y revelador post, a la vez que luminoso que hable de la "frialdad del forense", y nos ilumines sobre esos calabozos repletos de orcos, imps, y demás. Que nos hable de pesadillas y sudores fríos, y de gritos ahogados en la propia garganta. Pero hoy no. Quizás mañana. Después de todo, desde principios del año estamos viviendo un puto día a la vez.

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